Fabricantes españoles de pienso han tenido que enfrentar 2022, que ha sido “un año difícil, complicado y azaroso” para la industria desde su modernización debido a las consecuencias de la guerra y la crisis logística sin precedentes causada por la huelga del transporte.
03/01/2022
Jorge de Saja, director general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), menciona en una entrevista con Efeagro que el inicio de la guerra tuvo un impacto “muy directo y rápido” en los precios de los cereales que ya estaban cotizando a precios elevados. Además, la guerra provocó una huelga de transporte en marzo debido al encarecimiento del gasóleo y esta protesta “logró poner en riesgo una buena parte de la alimentación del ganado”, algo que la COVID no había logrado.
Cuando se recuperó cierta normalidad en el abastecimiento de cereales como el maíz gracias a la reapertura del corredor en el Mar Negro, llegó el verano y la persistente sequía echó a perder “una buena parte de las cosechas europeas”. Esto fue “otro golpe considerable” que tuvo su impacto en la disponibilidad y los precios de las materias.
Además, la influenza aviar en Europa ha reducido las cabañas y ha disminuido la demanda de pienso.
A pesar de ello, De Saja ve un lado positivo en el año y es que “se ha demostrado la espectacular resiliencia y capacidad de adaptación y de servicio de esta industria”. Las fábricas han terminado el año con la “esperanza” de que vengan “tiempos mejores” porque “hay motivos” para creer que el precio de las materias primas tendrá un “mejor comportamiento”, aunque quizás no baje a un ritmo “tan rápido como el que queremos”.
En cuanto a 2023, no se teme una falta de suministro de cereales, ya que “habrá suficiente de unos orígenes u otros”. Además, la escasez de cereal procedente de Ucrania ha llevado a las autoridades a flexibilizar los requisitos para comprar maíz y otros cereales en el continente americano.
De Saja reconoce que la Administración española “estuvo a la altura” para facilitar la llegada de suministro. La industria del pienso se ha dado cuenta de que es demasiado dependiente de las importaciones de componentes como vitaminas, aditivos, fosfatos y minerales, y se está trabajando en un plan de diversificación de proveedores para minimizar el riesgo en el futuro.
En cuanto a la situación actual, la industria del pienso está enfrentando un aumento en los costos debido al encarecimiento de los transportes y la subida de los precios del gasóleo. Esto se suma al aumento en los costos de los cereales y otras materias primas debido a la sequía y la guerra.
A pesar de todos estos obstáculos, la industria del pienso en España ha demostrado su resiliencia y capacidad de adaptación y ha logrado mantener el abastecimiento de alimentos para animales durante este difícil año. Ahora, esperan que vengan tiempos mejores y están trabajando en un plan de diversificación de proveedores para minimizar el riesgo en el futuro.